De las bandas musicales
originales, el movimiento se convirtió en una moda, principalmente para
adolescentes de clase media, entre los 13 y 20 años de edad, quienes adquieren
a través del Internet algunos parámetros para seguir a esta tendencia.
El estilo emo es inconfundible y
es un elemento de identidad grupal, han establecido símbolos estrictos que
deben respetar quienes se sientan parte del grupo.
En la adolescencia, la identidad
abarca, tanto el auto concepto y el sentido de sí mismo, como la ubicación del lugar que se
ocupa dentro de los diferentes ámbitos de acción: como hijo y como hermano
dentro de la familia, como alumno en la escuela, como compañero con los amigos,
como miembro de un equipo, como pareja, etc. En el proceso de maduración óptimo
se va reconociendo el propio potencial, las fortalezas y las debilidades, las
habilidades y destrezas, pero cuando hay un fallo en la integración de la
identidad, la persona tiende a buscar en los otros los rasgos que lo definen,
se sobre identifica con quienes cree asemejarse y con quienes encuentra
afinidades; de esta manera se buscan los grupos, pero debido a esta debilidad
de la personalidad, se cae en el extremo de perder la conciencia de las
cualidades personales, distintivas; y esto es lo paradójico en los emos, que
ingresan al grupo en busca de aceptación y reconocimiento a su persona, pero ya
dentro se diluyen los caracteres individuales para conformarse en la mayor
similitud con los demás, no sólo en el aspecto físico, sino en el modo y
momentos en que se expresan los sentimientos.
La etapa en la que más se dan
este tipo de casos es en la adolescencia ya que se los jóvenes están en la búsqueda de su identidad y con ello
también podríamos decir que el refugio de muchos jóvenes por problemas
familiares etc.
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